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Las Sierras Subbéticas y el cambio global


La Sierras Subbéticas constituyen un punto caliente de biodiversidad. Acogen espacios de gran valor ecológico en varios espacios protegidos (Parques Naturales de las “Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas”, “Sierra Mágina”, “Sierra de Castril”, y “Sierras Subbéticas” y los Parques Periurbanos del “Monte de Las Sierra” y “Santa Catalina”).


La principal peculiaridad de estas sierras es su gran riqueza en especies animales y vegetales y de hábitats (desde estepas semiáridas hasta prados alpinos y subalpinos, pasando por distintos tipos de matorrales y bosques mediterráneos) que se encuentran en un buen estado de conservación dentro de su contexto geográfico.

No obstante, estas sierras soportan históricamente una elevada presión ganadera y agrícola que ha dado lugar a una gran fragmentación de los ecosistemas naturales y una alta presión de uso antrópico en la mayoría de estos fragmentos. A estas presiones se les suman en la actualidad diversos procesos de cambio global (como la tendencia de cambio climático hacia una mayor aridez, la degradación de hábitats, incendios forestales, especies invasoras) lo que pone en peligro la conservación de especies y hábitats incluso en enclaves que hasta ahora habían recibido un menor impacto de la actividad humana.


Cada vez son más los estudios que demuestran que nos encontramos ante una crisis de biodiversidad. El ritmo al que están cambiando el clima y los usos del territorio en las últimas décadas está dando lugar a un desacoplamiento espacial entre las condiciones ambientales actuales y las condiciones necesarias para la persistencia de las especies en el territorio.


Tal desacoplamiento tiene como consecuencia la desaparición local de las especies con mayor capacidad de dispersión, que se establecerán en otros lugares, y un deterioro en el estado de las poblaciones animales y vegetales con escasa o nula capacidad de dispersión, con fracasos en su reproducción y aumentos en las tasas de mortalidad por olas de calor, frio o sequías. Todo ello lleva aparejados multitud de efectos negativos en cascada sobre la estructura y funciones del ecosistema y los servicios que proporciona, como: debilitamiento de la red trófica (reducción de la producción primaria, de las poblaciones de animales herbívoros y de sus depredadores), redistribución geográfica de especies, aumento de insectos plaga y hongos patógenos, la aparición de “enfermedades microbianas emergentes", el aumento del riesgo de incendios, el aumento de la erosión o la disminución de la capacidad de secuestro de carbono en la vegetación y el suelo.

Para poder comprender cómo afectan a nuestra biodiversidad los cambios ambientales que está experimentado nuestro territorio, es necesario monitorizar de forma sistemática, periódica y a largo plazo cómo cambian la flora, fauna y microbiota, y sus funciones ecosistémicas (p. ej.: tasas de descomposición, producción de biomasa, emisiones y capturas de CO2). Solo así podremos asociar situaciones de declive o recuperación de la biodiversidad o sus funciones, con la incidencia de distintos aspectos del cambio global o con el efecto de las medidas de gestión que se tomen para su conservación.


Como respuesta a esta necesidad, la Universidad de Jaén, en colaboración con la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía, creó en 2021 el Observatorio de Cambio Global de las Sierras Subbéticas (OCGSS).

Estaciones de monitoreo intensivo


El Observatorio de Cambio Global de las Sierras Subbéticas (OCGSS) ha desplegado 8 Estaciones de Monitorización Intensiva (EMIs). Se trata de zonas de entre 100 y 1000ha, en cuyo interior se ubican equipos de monitorización remota de variables ambientales y en las que se llevan a cabo todos los protocolos de seguimiento de biodiversidad y funciones ecosistémicas. Cada EMI puede contener uno o más tipos de hábitats.


Las EMIs del OCGSS se distribuyen por el sector biogeográfico Subbético (provincias de Jaén, Granada y Córdoba). El sector Subbético forma parte de uno de los puntos calientes de biodiversidad de flora más importantes de Europa y se diferencia de su entorno geográfico por poseer una climatología y un elenco de especies endémicas propios. La importancia de este territorio para la conservación de la biodiversidad se plasma en que alberga 8 espacios protegidos que cubren el 34% de su superficie, destacando los Parques Naturales de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra de Castril, Sierra Mágina y Sierras Subbéticas Cordobesas.


En el marco del OCGSS, dos de las EMIs (situadas en pinares de repoblación) cuentan con equipos para la medición de flujos de carbono (torres de eddy-covarianza) y variables micro-meteorológicas. El resto se ubican en el entorno de Centros de Defensa Forestal (CEDEFOs) de la Junta de Andalucía que cuentan con estaciones meteorológicas remotas. Este conjunto de EMIs monitoriza tanto ecosistemas naturales como entornos fuertemente impactados por la actividad humana: bosques, olivares, repoblaciones forestales, incendios y hábitats acuáticos.